El Gran Premio de México es una de las fechas más esperadas en el calendario del automovilismo mundial. Cada año, miles de aficionados se reúnen en el Autódromo Hermanos Rodríguez para presenciar una de las carreras más emocionantes de la temporada. La pasión por la velocidad, la adrenalina y la rivalidad entre los pilotos hacen de este evento un espectáculo único de presenciar.
La altura lo cambia todo
La Ciudad de México, con su altitud de más de 2,200 metros sobre el nivel del mar, ofrece un gran desafio para los equipos. La menor densidad del aire en estas condiciones los obliga a buscar configuraciones de alta carga aerodinámica para generar la máxima adherencia posible. La tracción y los frenos serán los grandes protagonistas de este fin de semana, ya que los pilotos deberán dosificar al máximo el acelerador y controlar los monoplazas en las frenadas.
La clasificación: tu mejor amiga
En una pista como la de México, la clasificación cobra una importancia vital. Una buena posición en parrilla te permite gestionar mejor la carrera y evitar los habituales embotellamientos de la primera vuelta. Los pilotos deberán exprimir al máximo sus monoplazas desde el primer momento para asegurar un lugar en la zona alta de la parrilla.
Nuevas caras en la parrilla
El Gran Premio de México siempre es una oportunidad para ver a nuevos pilotos al volante de los monoplazas de Fórmula 1. En esta ocasión, destaca la presencia del mexicano Patricio O’Ward actual piloto de IndyCar, quien tuvo la oportunidad de probar el McLaren MCL38 en la FP1.
“He estado en México muchas veces para el grand prix de Formula 1, pero nunca había estado en el carro, manejando frente a todos, ha sido una nueva experiencia para mí. Pero sí, fue un sueño que se cumplió” comento O’Ward luego de su primera practica libre.